31/05/2013

Tratamientos en viñedo. Donde el tractor no llega

La península italiana, larga y estrecha, se caracteriza por una fuerte variabilidad de situaciones edafoclimáticas que, inevitablemente, condicionan la evolución estacional de los cultivos y con él, de las adversidades. A ello hay que añadir las variables introducidas por la elección varietal, el sexto de plantación y el tipo de gestión agronómica.

Muchos, por lo tanto, los factores de heterogeneidad a considerar en la conducción del viñedo, que pasado el frío invernal necesario para que la planta cumpla correctamente el ciclo anual, abandona el estado de reposo para afrontar una progresiva rehidratación de los tejidos, seguido del desarrollo de la copa y de los frutos.

Un territorio largo y estrecho

Un período de lluvias intensas como el que estamos presenciando, además de tener efectos de escorrentía de principios nutritivos y de escorrentía superficial con más o menos intensos fenómenos de erosión, tiene una importante acción sobre el cuadro fitopatológico del cultivo.
En particular en el norte de Italia, las abundantes precipitaciones de abril y la inestabilidad climática que parece persistir, están dejando espacio a la aparición de las primeras manchas de oídio.
Para el oídio, de hecho, cuyo ciclo de invernada puede ocurrir tanto como micelio latente en las yemas como cleistotecio en el ritidoma, en primavera puede ser suficiente una lluvia (2,5 mm) acompañada de temperaturas de al menos 10 grados, para liberar las ascosporas en las hojas basales.

Después del período de incubación, la pátina blanca típica se hace visible en la página inferior de la hoja. Las infecciones primarias se producen, en general, a finales de mayo con signos poco evidentes, pero es precisamente de estas, que pueden tomar cuerpo infecciones secundarias.

En algunas zonas, además, la época está madura para intervenir en las hileras con el segundo tratamiento antiperonosporico estacional, con el deshierbe de la subcfila y con el tratamiento de tare y pertinencias donde se detecta la presencia de ortiga y convolvol, huéspedes de la cicalina, portador de la madera negra.
En cuanto a los tratamientos antiperonosporici, es bueno actuar preventivamente evitando la infestación fúngica; debe tenerse en cuenta que en función de las condiciones de temperatura y humedad, el período de incubación en primavera, dura 8-10 días después de las lluvias y, en verano, 5-6 días. Una ayuda útil en cuanto a las épocas y al número de tratamientos a aplicar son los modelos de previsión puestos a disposición por los servicios fitosanitarios regionales.

Pequeñas parcelas y terrenos difíciles

Para estos, pero también para otras intervenciones no mencionadas, si fuera imposible intervenir con medios mecánicos llevados o remolcados por tractor, la elección puede dirigirse hacia el empleo de un atomizador de hombro.



Es el caso de áreas afectadas por fuertes pendientes y terrazas como la Valtellina, parte de Liguria, del Valle de Aosta, pero también la zona de distribución del Etna y de algunas islas tirrenianas donde la posibilidad de mecanización es escasa y a menudo antieconómica. Sin embargo, la solución resulta atractiva en parcelas en las que el tamaño y la finalidad del cultivo no justifican la inversión en equipos agrícolas excesivamente caros.
Por lo demás, entre las operaciones económicamente más costosas y que sería bueno mecanizar también en virtud del impacto sobre la calidad de la uva, podemos incluir la poda invernal y la vendimia. En cuanto a los tratamientos fitosanitarios de nuestro interés, que debido a la tendencia de las precipitaciones podrían orientarse hacia el uso de productos translaminares o sistémicos, el atomizador de hombro se convierte en un valioso aliado.

Las ventajas que hoy la tecnología de estas máquinas ha logrado generar son innumerables. Partiendo de la atención al medio ambiente y al operador, las máquinas de última generación están equipadas con nuevos sistemas de difusión para los cuales es posible identificar y ajustar la posición más adecuada a las condiciones específicas de uso. Esto reduce el desperdicio de producto y, por lo tanto, el fenómeno de deriva, cuyo impacto en las primeras etapas del desarrollo vegetativo es particularmente crítico.
Entre los factores a considerar para reducir la magnitud de las pérdidas de la mezcla de plantas, las condiciones ambientales, por lo tanto, la velocidad del viento, la temperatura, la humedad relativa y el volumen de desarrollo de la vegetación.

Igual importancia tienen los parámetros de configuración del atomizador de hombro que deben tener en cuenta el mecanismo de acción del producto a distribuir y para los cuales siempre es bueno, en caso de duda, pedir consejo al minorista.
Se trata, en efecto, de parámetros cuya incidencia es determinante para el éxito del tratamiento y para reducir el porcentaje de producto disperso fuera de objetivo que de otro modo generaría un daño ambiental pero también económico.
En general, las gotas más finas se adaptan mejor a los productos que actúan por contacto pero, por el contrario, una presión excesiva y una configuración del diámetro de los orificios demasiado pequeña, causa una evaporación más fácil del producto.

La tecnología, actualizada gracias a las continuas inversiones en investigación, ha logrado alcanzar el objetivo de una acción eficaz y específica sobre el objetivo, regulando el diámetro de las gotas y su densidad, para lograr una mayor y máxima retención y cobertura de la vegetación.

Por último, la ventaja de utilizar un atomizador de hombro se traduce también en los volúmenes, por razones obvias, no elevados del depósito: una dilución excesiva del producto aumenta el riesgo de escorrentía con mayores pérdidas en el suelo.