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17/12/2013

El tratamiento de las hortalizas

Tratándose de realidades con características peculiares, para comprender bien la importancia de los tratamientos en las explotaciones hortícolas, hay que definir primero unos conceptos.

Caracterizados por ciclos de cultivo muy rápidos a lo largo del año, los cultivos hortícolas requieren en muchos casos un mayor uso de medios químicos y técnicos que otros cultivos intensivos; esto, en función de las técnicas agronómicas empleadas, puede modificar significativamente el sistema suelo-agua-aire.

Lucha integrada, un futuro próximo

Por ello, evaluar con atención los principios que subyacen a las buenas prácticas agrícolas y echar un vistazo a lo que se aplica en el método ecológico, también es interesante en virtud de la Directiva comunitaria 128/2009 sobre el uso sostenible de los plaguicidas, transpuesta por el Decreto Legislativo Nacional de 14 de agosto de 2012, con arreglo al cual, de conformidad con los artículos 18 y 19, a partir del 1 de enero de 2014, se ha hecho obligatorio el recurso a algunos principios clave de la producción por método integrado para todo el sector agrícola.

A las buenas prácticas hay que asociar, y se trata de un concepto importante que hay que tener en cuenta, el uso correcto de las sustancias de síntesis y de los equipos a nuestra disposición, para proceder a una distribución óptima de los productos que tendrá como efecto, un ahorro económico y un menor impacto en el medio ambiente y en la salud del consumidor, pero también del operador encargado de estas operaciones.

Pero, ¿qué es la producción integrada? Se trata, según la definición común, de un enfoque que utiliza todos los medios productivos y de defensa de las producciones agrícolas contra las adversidades, destinados a reducir al mínimo el uso de sustancias químicas sintéticas y a racionalizar la fertilización, respetando los principios ecológicos, económicos y toxicológicos.

La norma señala algunos elementos y técnicas fundamentales de esta práctica, como el uso de la vigilancia de infestaciones e infecciones, el uso de medios biológicos, el uso de técnicas de cultivo adecuadas y el uso de productos fitosanitarios de menor riesgo.

Rotación, base de partida

Principio básico del método biológico, pero también del enfoque tradicional, es no dejar que los cultivos sucedan a sí mismos. De este modo, actuaremos sobre la fertilidad del suelo conservándolo y aumentando, sobre la prevención de eventos dañinos por parte de los fitófagos y sobre la limitación al desarrollo de las malas hierbas.

Un programa racional de gestión agronómica, basado en el respeto de las características edafoclimáticas y en técnicas de prevención, debería prever una rotación adecuada con especies adecuadas a la zona en la que se opera; Por supuesto, el sistema que típicamente caracteriza a la empresa hortícola especializada, mal se combina con la práctica de las rotaciones y la inserción de especies no hortícolas con acción positiva en la mejora del suelo, prevención de infestaciones, etc.

En efecto, prever la plantación de plantas de abono entre un cultivo y el siguiente aumenta el contenido de materia orgánica del suelo y, rotaciones al menos trienales, desempeñan una función de contención frente a agentes bacterianos y patógenos fúngicos como Sclerotinia, Rhizoctnia, Fusarioum, etc.

Asociando luego una correcta ordenación agraria, se obtiene el escurrido eficaz de las aguas para prevenir la formación de estancamientos favorables al desarrollo de patógenos fúngicos.

Muy a menudo se observa que en las empresas tradicionales la tendencia a la especialización, por obvias exigencias del mercado, es muy fuerte. Los cultivares utilizados son a menudo selecciones genéticas muy diferentes de las poblaciones locales y, por último, existe una importante desproporción entre la cantidad de biomasa eliminada y la reposición con residuos de cultivos, siempre debido a la utilización comercial de gran parte del cultivo.

Para dar una dimensión al contexto en el que nos estamos moviendo - el de las frutas y hortalizas -, en Italia en 2011 se produjeron 25,6 millones de toneladas de frutas y hortalizas (datos Istat) y los cultivos de frutas y hortalizas cubren una Sau que, no contando las superficies de patatas y los huertos familiares, es de más de 992 mil hectáreas con un crecimiento de la superficie de hortalizas sobre la de frutas; operan en esta superficie alrededor de 463 mil explotaciones cuya dimensión media es de 2,68 hectáreas (datos del censo agrícola de 2010, fuente Ismea).

Horticultura y mecanización

Como en todo el contexto agrícola, también aquí es fuerte el desarrollo y la introducción de la componete mecánica que encuentra amplio espacio entre las operaciones típicas de las producciones hortofrutícolas como fertilización, labranza, esterilización y deshierbe, siembra y trasplante, riego y fertirrigación, tratamientos fitosanitarios y, finalmente, cosecha.

Función y propósito principal de la mecanización de las operaciones es sin duda la reducción de la fatiga del operador, la reducción de las horas de trabajo con ventajas económicas, pero, Un fenómeno que encuentra terreno fértil y que está desempeñando un papel cada vez más importante en la fase de diseño de las nuevas máquinas, la atención centrada en las prácticas virtuosas para el medio ambiente.

Los cultivos hortícolas en general son poco competitivos con las malas hierbas debido al lento crecimiento inicial y al ciclo de cultivo corto que implica una sucesión rápida. Esto excluye el uso de muchos medios químicos, especialmente en post-emergencia y post-trasplante para problemas técnicos en el uso de herbicidas poco selectivos para los cultivos en sucesión y para las persistencias demasiado largas. Por esto, volviendo a los conceptos de lo integrado pero aún más de lo biológico, es importante asociar medios mecánicos a los químicos, pero para hacerlo es necesario conocer los ciclos y mecanismos que regulan las malezas. En el recurso a productos de síntesis, dentro de la mecánica que anima los cultivos hortícolas hecha de máquinas de labranza, sembradoras sobre todo de precisión, segadoras, trasplantadoras, máquinas para la defensa de los cultivos, En las operaciones de tratamiento con productos fitosanitarios, además de las instalaciones fijas y de las barras pulverizadoras, también los atomizadores de paletas, se colocan cosechadoras, clasificadoras y envasadoras. El uso de estos últimos, puede presentar varios riesgos relacionados con los productos utilizados y la seguridad de la máquina. Por esto es una buena norma, al comprar el atomizador, a empresas especializadas con asistencia puntual y servicios técnicos eficientes que sabrán aconsejar el modelo más adecuado a las exigencias específicas. Por último, es importante preferir en la elección de las máquinas, modelos con correas de hombro ajustables y respaldo acolchado, tener cuidado en las operaciones de elevación de la máquina y recurrir al uso de medios de protección individual.

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